Puntos clave
Parece que los valores de Asia ex-Japón van a cerrar un año difícil, situándose por detrás de aquellos de los mercados desarrollados. Sin embargo, los débiles resultados ocultan rentabilidades divergentes en los mercados de la región, lo que refleja la amplia variedad de factores que influyen en el mercado. Observamos valoraciones y fundamentales bursátiles convincentes en varios lugares del universo de inversión, lo que respalda nuestra perspectiva bottom-up constructiva en este inicio de 2024.
Menores correlaciones entre los mercados
Hace mucho tiempo que consideramos que la renta variable de Asia ex-Japón es una clase de activo diversificada y creemos que los mercados de la región han guardado una correlación aún menor en los últimos años. Actualmente pensamos en la región como un conjunto de tres componentes prácticamente distintos.
El primer componente sería China y Hong Kong. El ciclo económico de China se ha ido diferenciando cada vez más del resto del mundo, con efectos cruciales para Hong Kong. Últimamente, el ciclo regulatorio de China ha distinguido aún más a ambos mercados. Como consecuencia, hemos visto cómo sus valoraciones se desacoplaban de las de sus homólogos regionales.
La siguiente categoría está formada por India y gran parte del sudeste asiático. En general, estos mercados se han beneficiado de un alejamiento de China de la inversión extranjera directa y de los flujos de las carteras en los últimos años. Algunas economías, especialmente India e Indonesia, también se han comportado bien gracias a políticas gubernamentales sólidas y fuertes factores de crecimiento interno.
El tercer grupo lo componen Taiwán, Corea del Sur y Singapur, tres de los mercados más avanzados de la región. Los consideramos cíclicos, con una exposición relativamente mayor a la economía mundial. En particular, Taiwán y Corea del Sur tienden a estar más vinculados al ciclo del hardware tecnológico.
Dados los factores diferenciados que influyen en cada una de estas tres categorías, es comprensible que sus rentabilidades de mercado varíen. Vemos una combinación bastante equilibrada de valoraciones y fundamentos bursátiles en toda la región. En nuestra opinión, las valoraciones del componente China-Hong Kong son convincentes, aunque sus fundamentos no lo son tanto. Esto contrasta con los sólidos fundamentos, pero con valoraciones menos atractivas, que vemos en la categoría, India-Sudeste asiático. En cuanto al grupo formado por Taiwán, Corea del Sur y Singapur, encontramos una falta de señales direccionales claras sobre el entorno económico mundial.
Aunque la diversidad de los mercados de Asia sin Japón debería favorecer la selección de valores, encontrar valores ganadores ha resultado más difícil últimamente, ya que los acontecimientos macroeconómicos han eclipsado los fundamentos de las empresas. Así lo vemos especialmente en China, donde los cambios políticos han sido un importante motor del mercado. De cara al futuro, esperamos que los factores fundamentales vuelvan a reafirmarse, con un entorno más propicio para la selección de valores bottom-up.
Seguimos siendo constructivos con respecto a la inversión en la región. Sus valoraciones globales, en relación con los niveles históricos y de los mercados desarrollados, nos parecen atractivas (gráfico 1).
También esperamos mejoras de los beneficios en mercados como la India y el sudeste asiático. En China, vemos que las condiciones están mejorando para la selección de valores. De acuerdo con nuestro análisis bottom up, muchas empresas se han preparado para un entorno operativo más difícil y están tratando de solucionar sus problemas de diversas maneras, por ejemplo, buscando nuevos mercados, compitiendo por cuota de mercado o aumentando las recompras de acciones.
(Fig. 1) Ratios precio-beneficio (PER) a 12 meses vista en Asia sin Japón y en el mundo
China: valoraciones bajas
A un nivel general, observamos tres áreas clave de oportunidades de inversión en China. La primera son los focos del mercado donde las valoraciones parecen muy bajas y las condiciones fundamentales se están estabilizando. Las empresas de Internet, por ejemplo, llevan años bajo un intenso escrutinio gubernamental, que creemos que va a remitir. Con un régimen político menos punitivo, las empresas pueden ahora volver a enfocarse en el crecimiento. En el sector inmobiliario, las políticas para frenar el apalancamiento y los precios de la vivienda se han moderado algo a medida que las autoridades apuntalan la economía, lo que envía señales alentadoras para algunos valores inmobiliarios.
En segundo lugar, observamos oportunidades de crecimiento secular para las empresas de sectores en los que China es competitiva a escala mundial. Creemos que las empresas a lo largo de las cadenas de suministro del vehículo eléctrico y de la energía verde están en buenas condiciones para crecer varios años, no solo a nivel nacional, sino también en el extranjero a medida que aumentan las exportaciones.
Nuestra tercera área de oportunidades está relacionada con el segundo factor de impulso: la sustitución de las importaciones en China. Las tensiones geopolíticas han obligado a China a depender menos de las importaciones y a ser más autosuficiente, acelerando la innovación, especialmente en lo que se refiere a la fabricación de semiconductores, software, automóviles e innumerables productos industriales.
Vemos a los fabricantes chinos creando las capacidades necesarias para arrebatar cuota de mercado a la competencia extranjera dentro de China. Además, creemos que su éxito les permitirá ganar cuota de mercado fuera de China.
Las reformas estructurales dan un impulso a la India
La sólida economía de la India es un punto destacado en la región de Asia sin Japón, y esperamos que siga fortaleciéndose. Creemos que está cosechando los frutos de las reformas estructurales de los últimos años. Estas incluyen medidas para elevar la recaudación fiscal como porcentaje del producto interior bruto (PIB) y mejorar así la balanza fiscal del país (gráfico 2).
(Gráfico 2) Déficit fiscal e impositivo, en porcentaje del PIB
La iniciativa «Make in India» para convertirse en un centro mundial de producción, junto con los desacuerdos geopolíticos, que han provocado cambios en la cadena de suministro, han apoyado a la economía del país.
La capacidad de resistencia de la economía india se ha puesto de manifiesto en la fase más reciente de subida de los tipos de interés estadounidenses. En el pasado, unos tipos estadounidenses más altos solían provocar salidas de capital en la India, lo que suponía un lastre para sus finanzas y su moneda. Una rupia india más débil sería un mal augurio para la inflación, dada la fuerte dependencia del país de las importaciones, sobre todo de petróleo. Esta vez, el círculo vicioso no se ha materializado, gracias a la situación económica mucho mejor de la India. Las empresas indias también han capeado bien este periodo, con un buen crecimiento de los beneficios.
No obstante, somos cuidadosos con las valoraciones de las acciones en la India, algunas de las cuales parecen difíciles de justificar. Vemos que los múltiplos en ciertas áreas están aumentando considerablemente por encima del crecimiento previsto de los beneficios, lo que subraya la necesidad de una rigurosa selección de valores. En particular, los múltiplos de las acciones han subido debido en parte a un aumento de las entradas de inversores nacionales, sobre todo en la mediana capitalización. Bajo nuestro punto de vista, la reversión de estos flujos perjudicará al mercado bursátil.
La promesa en algunos lugares del sudeste asiático
El surgimiento de la India como base para la producción pone de relieve una tendencia similar que ha beneficiado a Vietnam en las últimas décadas. Creemos que las tensiones entre EE. UU. y China han reforzado los argumentos para que las empresas de todo el mundo, incluidas las chinas, diversifiquen la ubicación de sus cadenas de suministro en favor de Vietnam. Esperamos importantes efectos indirectos positivos para la economía, a medida que siga desarrollándose partiendo de una base baja. Las valoraciones de las acciones vietnamitas también se han moderado ante la campaña de lucha contra la corrupción del Gobierno y de la ralentización del mercado inmobiliario. Observamos atentos el entorno político en busca de indicios de estabilización.
En el resto del sudeste asiático, vemos que están surgiendo catalizadores positivos en Indonesia y Filipinas. La apuesta de Indonesia por diversificar su economía, en detrimento de las exportaciones de materias primas, ha provocado un aumento del gasto en infraestructuras, una mayor atención a las inversiones en industrias derivadas de mayor valor y un impulso a la digitalización. Aunque sigue disfrutando de las ganancias resultantes de la subida de los precios de las materias primas de los últimos años, creemos que su economía reducirá su exposición al ciclo de las materias primas y se volverá más resistente con el tiempo.
Filipinas es un país particular por las grandes remesas que recibe del gran número de filipinos que trabajan en el extranjero. Los flujos de entrada han apoyado tradicionalmente el consumo interno, actuando como factor fundamental de estabilidad para la economía cuando la actividad se ralentiza. Aunque el mercado inmobiliario ha sido débil, vemos indicios de mejora en 2024, lo que sería un buen indicio para los beneficios de varias grandes empresas filipinas expuestas al sector inmobiliario.
Hardware tecnológico: en busca del mínimo
Para nosotros, Taiwán y Corea del Sur destacan como sedes de varias empresas tecnológicas líderes mundiales, especialmente en el ámbito de los semiconductores. Para estos dos mercados resulta más significativo el ciclo del hardware tecnológico, que creemos que sigue en la senda de la recuperación, aunque el avance haya tardado más de lo esperado. Creemos que la mejora de la tendencia de los precios de los semiconductores supone un indicio alentador. También vemos que el lanzamiento de smartphones con nuevos factores de forma en China provocará un repunte de la demanda de teléfonos inteligentes.
Con el tiempo, esperamos que el auge de las nuevas tecnologías en diversos ámbitos impulse la demanda de semiconductores (gráfico 3). En particular, somos optimistas acerca de la inteligencia artificial (IA), que podría ampliar el mercado total al que se pueden dirigir los productos tecnológicos. Por ejemplo, la adopción de la IA por parte de los smartphones puede provocar una ola de actualizaciones móviles, lo que supondrá buenas noticias para las empresas relacionadas con los smartphones en Asia sin Japón.
(Gráfico 3) Perspectivas del mercado mundial de semiconductores
¿Qué podemos esperar a partir de ahora?
En resumen, a pesar de un 2023 débil para la renta variable de Asia ex-Japón, vemos muchas oportunidades de inversión disponibles. Los motores de rentabilidad son diversos, lo que ha resultado más evidente, dada nuestra perspectiva de menores correlaciones entre los mercados de la región. Afrontar los riesgos sigue siendo importante: las prioridades regulatorias en China y Vietnam, las elecciones generales de la India del próximo año y las relaciones entre EE. UU. y China son algunos aspectos que deben tenerse en cuenta. Sin embargo, creemos que los inversores bottom-up con una visión prudente sobre los riesgos están en buenas condiciones para el año que viene.
Perspectivas
Perspectivas por regiones
Si tiene alguna pregunta o desea más información sobre T. Rowe Price, póngase en contacto con nosotros.